Todo empezó en 1860, en el pueblo de Sonvilier. Louis-Ulysse Chopard, un joven artesano talentoso, estableció su taller en ese lugar. Gracias a su precisión y fiabilidad, sus relojes adquirieron rápidamente una sólida reputación entre los amantes de relojería y fueron adquiridos en lugares lejanos, como Europa del Este, Rusia y Escandinavia. La Casa se convirtió en uno de los líderes de la industria de la relojería y la joyería de lujo. Chopard es una empresa totalmente independiente que mantiene una tradición familiar secular.